Felice Carena

Felice Carena

Nacido en Cumiana el 13 de agosto de 1879, Felice Carena es estudiante de Giacomo Grosso en la Academia Albertina de Turín. Sus primeros intereses están dirigidos a los trabajos de ámbito secesionista y simbolista; después de su única visita a París durante los años de la academia quedará fascinado por las obras de Courbet.

Después de haber ganado el “Pensionato artistico nazionale” en 1906 con la pintura “La Rivolta” se traslada a Roma y en 1910 obtiene una sala personal en la “Mostra degli amatori e cultori”.

En 1912 expone en la Bienal de Venecia, con obras que revelaban su posición en ámbito de un verismo con fondo simbolista. De aquellos años son significativos los trabajos de corte severo, fuera de las búsquedas de vanguardia, pero tendentes a una síntesis expresiva como el “Ritratto della madre” (1912). En 1913 está entre los miembros de la comisión ordenadora de la I “Secessione romana”.

Entre 1913 y 1915 es influenciado por la poesía de Matisse y Cézanne, que llevan a la renovación de su lenguaje pictórico. Hacia 1915 compone naturalezas muertas y figuras, posteriormente expuestas en Roma en 1916 en la “Mostra degli amatori e cultori di Belle Arti” en la cual se alternan trazos espesos de pintura movida con una mayor firmeza de forma y luz.

En el período de la primera guerra mundial trabaja poco y por méritos en el campo lo nominan oficial de artillería. Seguidamente se traslada a Anticoli Corrado, ambiente ferviente de encuentros y muy importante para sus elecciones temáticas y formales.

Entre 1922 y 1924 organiza junto al escultor Attilio Selva una escuela de arte en los “Orti Sallustiani”. Las clases son frecuentadas, entre otros, por Emanuele Cavalli, Giuseppe Capogrossi y Fausto Pirandello.

En 1924 es nombrado docente en la Academia de Bellas Artes de Florencia donde enseña hasta 1945. En Florencia estrecha amistad con Ardengo Soffici y Libero Andreotti. En 1933 se convierte en Académico de Italia.

Al terminar el segundo conflicto mundial es obligado a retirarse del enseñamiento. Deja el convento toscano en el que vivía solo, después de la destrucción por bombardeo aéreo de su casa en Florencia, y retoma su actividad en Venecia, en Cannaregio, donde pasará, trabajando y apartado, los últimos veinte años de su vida.

Alrededor del 1940 su pintura presenta momentos más dramáticos, luces contrastadas, alcanzando a veces toques expresionistas. Tendrá como estímulo las obras del Tintoretto, pero también los nuevos fermentos de la cultura visiva contemporánea y los acontecimientos dolorosos de su propia vida y ajenos.

En 1945 se traslada a Venecia donde trabajará hasta 1966, año de su muerte.

Felice Carena - Le Bagnanti, 1925, China su carta, Cm 15x20
Felice Carena - Le Bagnanti, 1925, China su carta, Cm 15x20