Giuseppe Novello nace en Codogno el 7 de julio de 1897. Sus padres son Eugenio y Antonietta Belloni, hija del pintor Giorgio. Frecuenta el “Regio liceo Berchet” en Milán, ciudad en la que se había trasladado en 1912 y donde visita el estudio del tío pintor que alienta su precoz inclinación por el arte.
Llamado a las armas en 1917, combate como alpino en la 46ª Compañía del batallón Tirano, participando en la derrota de Caporetto. Quedará relacionado para toda la vida con el cuerpo de Alpinos: colabora con el periódico “L’Alpino”, firmando con la sigla ‘46’ dibujos humorísticos del característico trazo esbelto y sutil, que ridiculizan varios aspectos de la vida cuotidiana del soldado.
Después de la guerra, en 1920, se gradúa en derecho en Pavía; de mientras, en 1919 se inscribe en la Academia de Bellas Artes de Brera, donde estudia pintura con Ambrogio Alciati, diplomándose en 1924. El año siguiente forma parte de la exposición de Brera, ganando el premio Fumagalli con la pintura “Interno borghese (Il salotto della nonna)”, en el que manifiesta la predilección por las atmósferas domésticas calmas y silenciosas que, juntamente a la inclinación por una pintura de paisaje y por una retratística de inflexiones melancólicas, habría sucesivamente motivado en sede crítica un acercamiento de sus obras a las poéticas crepusculares.
Al mismo tiempo continúa su actividad de ilustrador, realiza 46 tablas de tema bélico para “La canzone dei verdi” de Renzo Boccardi.
Desde los años de juventud se va delineando en el trabajo de Novello un lenguaje dúplice: por un lado una pintura naturalista de derivación postimpresionista, por el otro el dibujo humorístico irónico y cortante.
En Milán frecuenta el cenáculo de artistas e intelectuales que se reunía en via Bagutta: entre los cuales estaba Paolo Monelli, que le propone recoger en un volumen de viñetas y cuentos que será publicado por Treves en 1929 con el título “La guerra è bella ma scomoda”.
A partir de 1927 participa en casi todas las exposiciones preparadas en la Permanente de Milán, además expone en la I “Quadriennale” de Roma en 1931 y en las Bienales de Venecia del 1934, 1936 y 1940, año en el que gana el concurso por el retrato.
En los años treinta alcanza notoriedad nacional e internacional como ilustrador, también gracias a las publicaciones en Mondadori de dos volúmenes que recogían las viñetas realizadas por «Fuori sacco». El humor amable y la sintética marca gráfica son apreciados también en el exterior, tanto que sus tablas son publicadas en periódicos como «Libertad» (1933), «Berliner illustrirte Zeitung» (1934) y «Je suis partout» (1934). Al estallar la segunda guerra mundial lo llaman a las armas en el “V Reggimento Alpini” y sobrevive a la trágica campaña de Rusia, protagonista de varias de sus pinturas. Después del regreso a Italia en marzo del 1943 lo hacen prisionero en Fortezza y es deportado al Lager por oficiales italianos de Częstochowa. En el barracón en el que estará encerrado junto a sus compañeros por dos años, realiza muchos dibujos.
Dado por muerto por varias crónicas periodísticas, en 1945 regresa a Italia y moviéndose entre Milán y Codogno, alterna la ilustración humorística con la pintura.
En los años cincuenta retoma la colaboración con Mondadori, que publica sus dibujos de guerra en el volumen “Steppa e gabbia” (1957) y otras ilustraciones. Desde 1965 interrumpe su colaboración con «La Stampa», deseando dedicarse principalmente a la pintura, que llevará adelante siendo fiel a su lenguaje sintético y naturalista, manteniéndose autónomo respeto a los contemporáneos léxicos de vanguardia.
Entre sus últimos trabajos editoriales resaltan el volumen ilustrado sobre el teatro y el melodrama “Coda al loggione” publicado por Ponte Rosso en 1978 y la recopilación, publicada por Archinto, de las “Cartoline-lametta” (1987) por él enviadas en el tiempo a pariente y amigos. Morirá el 2 de febrero de 1988 en Codogno.