Alberto Savinio

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Alberto Savinio, pseudónimo de Andrea Francesco de Chirico, nace el 25 de agosto de 1891 en Atenas, tercer hijo de Gemma Cervetto y de Evaristo de Chirico. Desde pequeño estudia composición y piano y en 1903 se diploma en el conservatorio de Atenas. En 1905, después de la muerte de su padre, se traslada con la familia por breves períodos a Venecia y a Milán; en 1906 se establece en Múnich, donde se dedica al estudio del pensamiento de Friedrich Niestzche, Arthur Schopenhauer y Otto Weininger. En 1911 no habiendo obtenido el éxito esperado con sus composiciones se traslada a París, donde entra en contacto con los mayores exponentes de las vanguardias artísticas, entre los cuales Guillaume Apollinaire y Pablo Picasso. Desde 1914 adopta el pseudónimo Alberto Savinio, nombre con el que firma “Les chants de la mi-mort”, publicado en la revista «Les Soisées de Paris» en junio de aquel año. En 1915 vuelve a Italia con el hermano Giorgio y, después de un breve período en Florencia, ambos son alistados en el “27esimo reggimento di fanteria” en Ferrara. En la ciudad del este Savinio frecuenta el círculo artístico de Carlo Carrà y Filippo de Pisis y estrecha una cercana relación con Ardengo Soffici y Giovanni Papini. Inicia, además, su colaboración con «La Voce» de Giuseppe De Robertis, en la que aparecen los primeros capítulos en episodios de “Hermaphrodito”. Al final de la primera guerra mundial se traslada a Milán y en 1923 a Roma. El año sucesivo funda la Compagnia del Teatro dell’Arte con la dirección de Luigi Pirandello.

En 1927 se traslada a París, donde se dedica a la pintura. En 1933 se traslada definitivamente a Italia e inicia una colaboración con «La Stampa» y las revistas «Il Broletto» y «Colonna». En 1934 se establece en Roma, donde colabora con «Omnibus», semanal de Leo Longanesi, para el que escribe trozos de sátira que le cuestan la antipatía del régimen. En 1943, con la noticia de estar en la lista de antifascistas, se ve obligado a esconderse. Al final del conflicto continúa la actividad de crítico cultural en «Corriere della Sera», gracias a la que obtiene el premio Saint Vincent por periodismo en 1949. Trabaja, además, como dramaturgo y cinematógrafo, escribe obras y dramas para el teatro. En 1952 propone para el “Maggio Musicale Fiorentino” una célebre puesta en escena de Armida de Rossini con Maria Callas, haciendo también las escenografías y el vestuario. En 1955, poco después de su muerte, le es dedicada una muestra retrospectiva en el ámbito de la VII “Quadriennale” de Roma preparada por su hermano, el pintor Giorgio De Chirico.