Leoncillo Leonardi

Leoncillo Leonardi

Leoncillo Leonardi nace en Spoleto el 18 de noviembre de 1915.

El abuelo paterno era lutier, el materno era ebanista; este ejemplo de actitud cotidiana al trabajo artesano ciertamente influenció en su formación. En 1926 se inscribe en el instituto técnico G. Spagna, donde un tiempo había enseñado el padre. Seguidamente de un suspenso escolar transcurrió apartado algunos meses, durante los que comenzó a modelar la arcilla: los resultados alentadores y los primeros rudimentos impartidos por el escultor calabrés Domenico Umberto Diano lo llevaron a inscribirse, en 1931, en el instituto de arte de Perugia, que frecuentó hasta 1935. Aquel año llegó a Roma el hermano mayor Lionello, el cual, alejado de las escuelas públicas por antifascista, enseñaba letras en un instituto religioso, el colegio S. Maria. Resalen a estos años de juventud los primeros dibujos conocidos del artista.

En 1936 entró en contacto con la galería “La Cometa”, dirigida por el poeta Libero De Libero, amigo del hermano Lionello, y lugar de encuentro de los artistas más jóvenes y menos comprometidos con el arte del régimen: Mario Mafai y Antonietta Raphael, Corrado Cagli, Mirko y Afro Basaldella, Pericle Fazzini, Marino Mazzacurati. Cogió profunda inspiración del contacto con aquella que fue definida la escuela romana; pero por algunos años trabajó aislado en su estudio.

En 1939 dejó Roma, trasladándose a Umbertide, en Umbría, donde el 9 de julio se casó con Maria Zampa, su compañera en el instituto de arte, con la que tuvo dos hijos: Daniella y Leonetto. En Umbertide entró en contacto con la fábrica de cerámicas, propiedad de Settimio Rometti, que había sido guiada por Cagli unos años antes. Aquí perfeccionó sus conocimientos técnicos sobre materiales cerámicos y sobre cocciones y estableció una relación de intercambio con Rometti, ceramista también, en los hornos del cual dio lugar a una producción de esculturas de dimensiones notables.

En 1940, bajo invitación de Giò Ponti, participó en la VII Trienal de Milán, dividiendo la sala con Salvatore Fancello y adjudicándose la medalla de oro por las artes aplicadas. En 1942, separándose de los familiares volvió a Roma, donde fue encargado de la docencia de plástica y cerámica en el “Istituto Statale d’arte” (enseñamiento que hizo hasta 1952, habiendo como colegas Afro, Ettore Colla, Fazzini). En el verano del año siguiente presentó la serie de los “Mostri” en el ámbito de una exposición colectiva de jóvenes artistas (entre los cuales Scialoja, Purificato, Turcato y Vedova) en la galería “La Cometa” de Roma, recibiendo críticas halagadoras.

Convencido antifascista se acercó, en primer lugar, a las organizaciones partisanas romanas, después se afilió a la brigada “Innamorati”, activa en Umbría. Estos años fueron de profunda reflexión e importantes para el artista: adhiriéndose al Partido comunista italiano, en la Italia lacerada por la guerra, estuvo profundamente involucrado en la problemática del realismo en arte. Desde diciembre de 1944 comenzó una colaboración, que duró algunos meses, con el periódico romano «La Settimana», que alojó sus dibujos y sobre todo algunos retratos de intelectuales.

Después de haberse suscrito en Venecia en 1946 al manifiesto de la “Nuova Secessione artistica italiana”, convertido el año siguiente en “Fronte nuovo delle arti”, la actividad artística de Leoncillo fue relacionada, por algunos años, a los acontecimientos del grupo, con el que, sostenido por Giuseppe Marchiori, expuso en las Bienales de Venecia del 1948 y del 1950.

Los primeros años cincuenta fueron extremamente laboriosos y prodigados de reconocimientos. En 1951 ganó el primer premio por una escultura de jardín en la II “Mostra nazionale della ceramica”; en 1953 obtiene el “premio aquisto” en la I “Mostra d’arte” de Spoleto, por muchos años presidida por el hermano Lionello, y en 1954 ganó el primer premio en el XII “Concorso nazionale della ceramica” de Faenza.

En marzo de 1957 hubo una exposición personal en la galería “La Tartaruga” de Roma; en catálogo el artista mismo declaraba concluida la propia experiencia en el ámbito del realismo de inspiración socialista.

Siempre en 1957 concluye un panel decorativo sobre el tema del trabajo para el atrio de la sede del “Istituto nazionale per la previdenza sociale” en Ferrara; en Roma, en cambio, realizó una fuente para un complejo de viviendas INA Casa en S. Lucia.

Emprendida la calle del arte no figurativa, a continuación condujo una vida dedicada a la investigación y a la experimentación. En 1959 participó en la VIII “Quadriennale” de Roma, en el ámbito de la retrospectiva sobre la escuela romana, aquel mismo año ganó el primer premio en la II “Mostra nazionale della ceramica e dei lavori in metallo” de Gubio.

En 1968, presente con una sala personal en la Bienal de Venecia, en la que había preparado obras del último decenio, tapó sus esculturas con lonas de plástico en señal de adhesión a las protestas de los jóvenes artistas.

Murió en Roma el 3 de septiembre de 1968.